lunes, 15 de diciembre de 2014

Flech Urbex: La Masía de la bodega


¡Muy buenas a tod@s! ¿Como va todo? ¿Alguna novedad novedosa por estos mundos de Dios? ¿Le apetece que hablemos sobre la Biblia? ¡Mire aquí le dejo un ejemplar de La Atalaya! ¿Que? ¿Que no sabéis de que hablo? ¿ Que si Soy de la multinacional Whatchtower? ¡Que va! ¡Antes prefiero convertirme en seguidor del Spaghetti volador! Bueno... dejémonos de frikadas religiosas y vayamos a lo que realmente nos importa, al mundo terrenal, así es, por que el mundo terrenal nos ofrece cosas muy interesantes y por que al fin y al cabo nadie nos ha visitado desde el cielo u infierno para decirnos que tal le han ido las vacaciones allí, y si has visto que algún allegado fallecido te ha explicado su vida por ahí arriba mas vale que vayas a un loquero urgentemente ya estás hablando directamente con un zombie incrustado en tu subsconsciente.
Para ver lo que ocurrió en la vida pasada ya tenemos los lugares abandonados, lugares donde habitaron nuestros antepasados ya hace miles de años, varios siglos o hace un par de décadas, son el único testigo que nos queda de ellos, sus recuerdos mas presentes, bueno y también su nicho, tumba, panteón o urna funeraria... pero poca cosa nos van a explicar unas cenizas o un esqueleto.

En el caso de este reportaje os presento una masía muy importante de cierto pueblo cuyo nombre no recuerdo que se abandonó hace ya algunas décadas, era tan importante que incluso tenía una gran bodega donde hacían su propio vino, la pobre masía con los años se fue rodeando de casas y pisos modernos y sus terrenos fueron menguando hasta quedarse solo en un irrisoria parcela, y tal como ocurrió con la masía "D'en Nachet" de mi anterior reportaje tuvo un destino igual de trágico. ¿Que sentido tiene ser una masía para convertirse en una casa mas en el centro de un pueblo? Vale, a esto le llamamos pogreso y tal, pero a veces creo que sobran muchas casas y hacen falta mas bosques y campos, pero bueno, todo esto ya va a gusto del consumidor y esas cosas.
La masía consta de tres plantas, en la planta baja está la bodega donde estaban las botas de vino, las prensas y los depósitos, el salón principal, habitaciónes, cocina y comedor, despensa y cuadras, en la segunda planta hay un salón, mas habitaciónes los lavabos y la balconada cubierta, y ya en la planta de arriba están las habitaciónes de los temporeros que trabajaban en el campo en la bajocubierta, en una de las habitaciónes curiosamente había una cama y cuna antigua, algo que me hace pensar en una historia bonita de una mujer de campo con sus harapos que dió a luz a su hijo allí y lo cuidó a su lado, sea lo que sea vivió un niño allí por que habían juguetes a punta pala en la misma planta, ahora bien, el hecho que la habitación estuviese en el altillo es todo un misterio, pero quizás fuera el mejor sitio para que una madre y un hijo tuviesen la tranquilidad necesaria, e incluso fuese alguna petición expresa de la madre de elegir dicho lugar, pero recordemos que eran temporeros así que si le tocó esa habitación era lo que había. "Por que lo decía el jefe".
Pero bueno, dejémonos de tanta parrafada por hoy y vayamos a por las fotos que es lo mas interesante y espero que disfrutéis tanto del reportaje como yo realizándolo, sin duda un abandono muy interesante. ¡En fin nos vemos en el próximo reportaje amig@s! ¡Hasta la próxima! ¡Chau Riau! ¡Guñéeeee!

Expedición realizada por: Flech
Fotos por: © Flech
© Flechcorp - Diciembre de 2014 - Todos los derechos reservados.


Empezamos por el interior de la bodega, con sus viejas botas de vino.

Antigua prensa de uva y los depósitos.

Una vieja bota solitaria, en el interior de la bodega aún olía a vino.

Desde aquí podemos ver los depósitos desde arriba.

¿ Donde fueron a parar las demás botas?

Interior del pasillo principal y la puerta de entrada

El pasillo desde el lado de la entada lleno de muebles y trastos, al fondo la puerta de aceso a la bodega.

Si te da pareza prenoctar en un hotel por falta de rales, siempre puedes dormir en este polvoriento colchón.

La vieja cocina con sus clásicos azulejos vintage.

La puerta de la cocina.

Algún desgraciado destrozó la chimenea y el horno de pan, antes en las casas se hacían su propio pan de payés.

Todavian quedan viejos muebles de mas de un silgo en el interior.

Escalera que conduce a la primera planta.

Puerta que da al establo, a su lado una vieja nevera antigua tirada en el suelo.

Interior del establo

Una vieja televisión.
Un collarín para el borrico.

Sillas, tambores de detergente y un viejo baúl.

Sin duda muy rústico todo.

Interior del establo, a la derecha los bebederos para las mulas.

Este es el salón principal que da acceso a las diferentes habitaciónes.

Ventana y puerta, que no falten.

Y aquí tenemos la balconada cubierta, desde aquí se podía ver todo el paisaje.

Balcones y mas balcones.

Dede luego tenía una arquitectura muy señorial esta masía.

¡Un juguete! prueba de que allí vivió un niño.

Antiguos muebles, en ambas esquinas de esta habitación habían las típicos estantes  incrustados en la pared.

Detalle del mobiliario.

Otra pequeña cocina.

Pasillo.

Un mueble colonial bien coservado.

Puerta

Otro pasillo tétrico.

Ventana y baúl de mimbre.

Y aquí tenemos la bajocubierta, el techo está restaurado.
Trastero

Envases bien conservados de Nescafé de los años 70.

Antiguo dosificador de detergente Colon.

Y aquí tenemos la cama y la cuna a su lado.

Vieja caja de brandy Magno de Osborne.

Juguetes y depósitos de agua Rocalla, todo un clásico.

Un antiguo lavadero de cara,

La habitaciónes de los temporeros eran humildes, pero al menos se aprovechaban todas las habitaciónes.

Escaleras a los diferentes pisos.

Puerta y escalerilla a ninguna parte.

Fachada y puerta de entrada de la masía.

Detalle de la balconada desde el exterior.


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