¡Hey! ¡Muy buenas a tod@s! ¿Que tal estáis? Hoy tengo el honor de
presentaros un reportaje que os dejará con la boca abierta y flipando en
colores.
¿Un antiguo geriátrico que acabó incendiado a causa de la acumulación de objetos y trastos por antiguos trabajadores que padecían síndrome de Diógenes? ¿Y que además uno de ellos murió dentro del edificio? ¡Caramba! Casi que parece una historia de terror, y lo mejor de todo es que lo encontré de pura casualidad, tal y como me pasó con la casa del horror aquella de Santa Susana a la que mataron a dos ancianos, así que ni corto ni perezoso decidí investigar este lugar arrasado por las llamas.
Pues bien, como ya es habitual creo que debería de contaros un poco la historia de este lugar y de lo que me encontré por ahí dentro, la historia del edificio se remonta a principios del siglo XX, se trata una casa de gente de dinero que a principios de los años 90 se convirtió en una antigua residencia para gente mayor, con la llegada de la crisis esa residencia acabó cerrando allá por el año 2009, sin embargo después de su cierre unos ex trabajadores del lugar que vivían casi en la indigencia empezaron a usar dicho edificio para guardar todo lo que encontraban, ambos sujetos padecían el tal conocido síndrome de Diógenes, se trata de una enfermedad mental que hace que los individuos empiecen a acumular trastos y objetos que se encuentran en cualquier lugar pensando en que tienen algo de valor, aunque este valor es mas bien sentimental, ya que piensan que es una pena que un objeto se tire a la basura sea cual sea, así que lo recogen y se lo llevan.
Ahora imaginaros si dos tipos padecen síndrome de Diógenes, la acumulación de trastos en un edificio en un año puede ser abrumadora, sobretodo si tenemos en cuenta de la cantidad de trastos que solemos tirar durante el año. ¿Ya sabéis cual es el peligro real de esta enfermedad? Así es... el fuego, basta una sola chispa para que todo ese material arda de forma violenta y atroz, y esto es lo que desgraciadamente pasó en este lugar, las llamas arrasaron prácticamente toda la segunda planta, la planta baja tampoco se libró del fuego pero todavía estaban los trastos que no se llegaron a calcinar por el fuego, era prácticamente imposible caminar por el suelo y la olor a quemado se entremezclaba con la olor del agua de lluvia y la madera. ¡Era todo muy incómodo!
Por lo que he podido averiguar a posteriori de la visita, es que el incendio ocurrió en Enero del 2018, o sea que hace relativamente muy poco si tenemos en cuenta la publicación de este reportaje, todavía esta el precinto policial por todos lados, y como ya dije todavía huele a quemado aunque poco a poco la olor se va disipando, parece ser que los bomberos tardaron varias horas en apagar las llamas, uno de los inquilinos logró huir a tiempo aunque otro quedó dentro atrapado por las llamas y murió asfixiado. (O calcinado, a saber.) Encontraron su cadáver el día después en el interior del inmueble.
En fin, creo que ya me he vuelto a enrollar como un cable telefónico, espero que os guste este impactante reportaje tanto como yo visitándolo. ¡Ah! ¡Y no os olvidéis de ver mis anteriores reportajes! ¡Tenéis mas de 800 para ver!
¿Un antiguo geriátrico que acabó incendiado a causa de la acumulación de objetos y trastos por antiguos trabajadores que padecían síndrome de Diógenes? ¿Y que además uno de ellos murió dentro del edificio? ¡Caramba! Casi que parece una historia de terror, y lo mejor de todo es que lo encontré de pura casualidad, tal y como me pasó con la casa del horror aquella de Santa Susana a la que mataron a dos ancianos, así que ni corto ni perezoso decidí investigar este lugar arrasado por las llamas.
Pues bien, como ya es habitual creo que debería de contaros un poco la historia de este lugar y de lo que me encontré por ahí dentro, la historia del edificio se remonta a principios del siglo XX, se trata una casa de gente de dinero que a principios de los años 90 se convirtió en una antigua residencia para gente mayor, con la llegada de la crisis esa residencia acabó cerrando allá por el año 2009, sin embargo después de su cierre unos ex trabajadores del lugar que vivían casi en la indigencia empezaron a usar dicho edificio para guardar todo lo que encontraban, ambos sujetos padecían el tal conocido síndrome de Diógenes, se trata de una enfermedad mental que hace que los individuos empiecen a acumular trastos y objetos que se encuentran en cualquier lugar pensando en que tienen algo de valor, aunque este valor es mas bien sentimental, ya que piensan que es una pena que un objeto se tire a la basura sea cual sea, así que lo recogen y se lo llevan.
Ahora imaginaros si dos tipos padecen síndrome de Diógenes, la acumulación de trastos en un edificio en un año puede ser abrumadora, sobretodo si tenemos en cuenta de la cantidad de trastos que solemos tirar durante el año. ¿Ya sabéis cual es el peligro real de esta enfermedad? Así es... el fuego, basta una sola chispa para que todo ese material arda de forma violenta y atroz, y esto es lo que desgraciadamente pasó en este lugar, las llamas arrasaron prácticamente toda la segunda planta, la planta baja tampoco se libró del fuego pero todavía estaban los trastos que no se llegaron a calcinar por el fuego, era prácticamente imposible caminar por el suelo y la olor a quemado se entremezclaba con la olor del agua de lluvia y la madera. ¡Era todo muy incómodo!
Por lo que he podido averiguar a posteriori de la visita, es que el incendio ocurrió en Enero del 2018, o sea que hace relativamente muy poco si tenemos en cuenta la publicación de este reportaje, todavía esta el precinto policial por todos lados, y como ya dije todavía huele a quemado aunque poco a poco la olor se va disipando, parece ser que los bomberos tardaron varias horas en apagar las llamas, uno de los inquilinos logró huir a tiempo aunque otro quedó dentro atrapado por las llamas y murió asfixiado. (O calcinado, a saber.) Encontraron su cadáver el día después en el interior del inmueble.
En fin, creo que ya me he vuelto a enrollar como un cable telefónico, espero que os guste este impactante reportaje tanto como yo visitándolo. ¡Ah! ¡Y no os olvidéis de ver mis anteriores reportajes! ¡Tenéis mas de 800 para ver!
¡Hasta la próximo reportaje amiguetes! ¡Adeu-siau! ¡Chau Riau!
Exploración realizada por: Flech.
Fotos por: © Flech.
© Flechcorp Entertaiment - Abril de 2018 - Todos los derechos reservados.
Flechcorp recomienda G.A.L.A. (Grupo de Amigos de Lugares Abandonados) y Urbex Catalunya. (Grupos de Facebook)
FLECH 20 ANIVERSARIO 1998-2018
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FLECH 20 ANIVERSARIO 1998-2018
La mejor foto para empezar este reportaje es la de estos trofeos que quedaron chamuscados. |
Como podéis observar esta gente guardaba hasta cuadros y trastos interesantes. |
Sin embargo padecer diógenes implica a guardar cualquier cosa que pueda ser "util", como tablones de madera. |
Parece ser que Buda se libró del fuego... |
La estantería de los trofeos apenas se podía abrir por la de trastos que llegaron a acumular. |
Lo que queda del armario de los objetos de limpieza. |
Por aquí también hay trastos aparentemente inservibles, y algo de ropa. |
Ahora ya me entendéis por que os digo que acumular tanto material es un peligro. |
De nada sirvió rezar a la virgen. |
Esto es lo que sería el comedor... |
El hall principal. Como veis está todo calcinado y lleno de ollín. |
Todavía quedaban algunos medicamentos de cuando este lugar era un geriátrico. |
Estas son las escaleras que conducen a la primera planta. |
Estanterías con medicamentos y un precinto policial. |
Detalle de los medicamentos. |
¡Madre mia! Esos cajónes metálicos han quedado churruscados de lo lindo. |
En la segunda planta es donde el fuego actuó con mas virulencia. ¡Arrasó con todo! |
¡Madre mia! ¡Si se ha caído hasta el techo! |
Apenas son reconocibles los objetos que llegaron a apilonar por aquí. Aunque hay alguna silla que otra. |
Viendo el estado de la habitación, parece que es aquí donde empezó el incendio. |
Detalle del hall principal desde las escaleras de segundo piso. |
¡Caramba! Esa estantería ha quedado hasta deformada de la calor. |
Bueno... Por lo menos estas figuritas de angelitos y santos estaban ordenadas. |
Es increíble la de trastos que se llegó a acumular aqui dentro. ¡Si apenas se podía caminar de pie! |
Por las estanterías había alguna que otra revista antigua. |
¡Caramba! Mirad la de cositas de porcelana que tenían aqui guardadas. |
La cocina del geriátrico. Todavía queda esa nevera de acero inoxidable, aunque en su interior solo hay mas trastos. |
¡Por aquí no podía ni pasar yo! |
Aspecto de la residencia desde el exterior. |
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